Regional
Más de 6 mil personas fueron beneficiadas con capacitaciones gratuitas y 20 mil con obras urbanas
Positivo balance del Quiero mi Barrio
El Programa “Quiero mi Barrio”, impulsado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cierra el 2024 con resultados altamente positivos en la región del Biobío. Este año ha sido testigo de significativos avances en la recuperación de espacios públicos, la promoción de la vida comunitaria y el fortalecimiento del tejido social en diversos barrios de la región.
Logros destacados
Durante este periodo, el programa logró ejecutar diversos proyectos de infraestructura urbana con una inversión global superior a los $2 mil millones, incluyendo la habilitación de plazas, la construcción de centros comunitarios y la renovación de áreas verdes. Estas iniciativas no solo mejoraron la imagen y funcionalidad de los barrios, sino que también aumentaron la seguridad y el bienestar de sus habitantes.
En Concepción, se realizó la recuperación del Área Verde Paicaví-Los Carrera, abarcando 940 m2. Este proyecto incluyó mejoras en áreas verdes, mobiliario urbano y luminaria, entregando un espacio mucho más seguro para todos los vecinos.
En Arauco, se llevó a cabo el recambio de luminarias en dos sectores clave:
Sector 1 – Costanera: Instalación de 10 proyectores de área Schreder, modelo Induflood Gen 2 3-375w con sus respectivos adaptadores y brazos.
Sector 2 – Calle Principal: Recambio de 18 luminarias LED de 40w y 10 brazos, incluyendo 9 luminarias con baterías de emergencia que proporcionan hasta 10 horas de autonomía lumínica.
En Nacimiento, se diseñó un proyecto para el mejoramiento de la cancha de fútbol. Este contempla sistema de drenaje de aguas lluvias, cierre perimetral, iluminación y cancha de pasto sintético.
La renovación de infraestructura en los barrios ha sido uno de los pilares fundamentales del programa. Con nuevas áreas verdes, luminarias modernas, plazas y sedes comunitarias, se ha mejorado la calidad de vida de más de 20 mil personas y se han generado espacios más seguros y acogedores. Estas mejoras han contribuido a disminuir conductas de riesgo y crear ambientes propicios para el desarrollo comunitario, fortaleciendo la integración social y el sentido de pertenencia.
Talleres y beneficios para la comunidad
Durante este 2024 se llevaron a cabo más de 200 talleres comunitarios, con una inversión superior a los $143 mil millones, abarcando temáticas como liderazgo, seguridad vecinal, medio ambiente y cultura. Estas actividades han permitido fortalecer las capacidades de organización social, generando comunidades más cohesionadas y resilientes.
Los talleres impartidos durante el año han demostrado ser una herramienta clave para el crecimiento personal y colectivo de los vecinos. Entre ellos destacan el Taller básico de primeros auxilios, el Taller de arte circense para niñas y niños, el Programa de Alfabetización Digital, el Taller de aromaterapia, el Taller artístico juvenil de alfarería, el Taller de Apresto Laboral y el Taller de desarrollo organizacional, liderazgo y comunicación efectiva. Estas actividades no solo entregaron herramientas prácticas para mejorar la calidad de vida, sino que también fomentaron la creación de redes de apoyo y oportunidades de emprendimiento.
Un proceso participativo y comunitario
Uno de los aspectos más destacados del programa ha sido su enfoque participativo. Desde el inicio, la comunidad beneficiada ha jugado un rol clave en la identificación de las necesidades de mejoramiento en sus barrios. A través de asambleas y mesas de trabajo, los vecinos pudieron aportar ideas y definir prioridades, lo que garantizó que las obras respondieran realmente a sus expectativas. Posteriormente, los residentes también participaron activamente en el proceso de diseño, generando un sentido de pertenencia y compromiso con los espacios recuperados.
Trabajo social como base del cambio
El trabajo social ha sido un pilar fundamental para fortalecer el tejido comunitario. Las actividades y talleres organizados por el programa han permitido que las familias se conozcan, compartan experiencias y se unan para trabajar por objetivos comunes. Esta cohesión social no solo ha potenciado la apropiación y el cuidado de los espacios urbanos mejorados, sino que también ha generado una red de apoyo entre vecinos que facilita la resolución de problemas y promueve la vida en comunidad.
Testimonios y participación ciudadana
La participación activa de los vecinos ha sido fundamental en el desarrollo del programa. Claudia Salgado, residente del sector Eleuterio Ramírez en Concepción, destacó, “ahora contamos con una plaza renovada donde nuestros niños pueden jugar seguros. Además, los talleres nos han enseñado a organizarnos mejor como comunidad”.
Jasna Ferreira, dirigente vecinal en Barrio Tubul, Arauco, agregó que, “el programa no solo ha transformado nuestro entorno urbano, sino que también ha fortalecido las redes de apoyo entre vecinos. Hoy somos una comunidad más unida y preparada para enfrentar nuevos desafíos”.
Por su parte, la seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Toledo, señaló que “este año ha sido un ejemplo de cómo el trabajo conjunto entre el Estado y la comunidad puede transformar la calidad de vida de nuestros barrios. Seguiremos comprometidos con este desafío en el futuro”.
Alexia Figueroa, vecina del barrio Cerro David Fuentes en Talcahuano, expresó, “estoy muy agradecida de las capacitaciones. Aprendí a hacer jabones y sales de baño, y ahora tengo un nuevo pasatiempo, que quizás más adelante me permita emprender. Esto me ha permitido generar nuevas habilidades y poder desarrollarme en este ámbito realizando productos naturales, lo que me hace salir de la rutina diaria”.
Proyecciones para el futuro
Para el próximo año, el programa planea expandir sus intervenciones a nuevos sectores, consolidando su compromiso con el desarrollo urbano sostenible e inclusivo. Se espera que la experiencia adquirida en 2024 sirva como base para mejorar aún más los procesos participativos y las soluciones urbanas implementadas.