Internacional
Los rebeldes sirios toman la ciudad estratégica de Homs y debilitan aún más al régimen de Assad
Gobierno dice que la situación está “bajo control”, pero informes apuntan a evacuaciones masivas de soldados y oficiales.
Las fuerzas rebeldes lideradas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tomaron el control este sábado de Homs, la tercera ciudad más grande de Siria y un punto estratégico en el conflicto que dura 13 años. La información proviene del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una entidad de seguimiento de la guerra.
La ciudad, situada a 150 kilómetros de la capital, Damasco, conecta el centro del país con la costa mediterránea, una región donde se ubican bases militares rusas y bastión del clan Assad, en el poder desde hace cinco décadas.
La ofensiva rebelde, iniciada el 27 de noviembre, se ha saldado ya con la captura de otras ciudades importantes, como Alepo y Hama, así como importantes avances en las afueras de Damasco. Los insurgentes también reivindicaron la captura de Quneitra, cerca de la frontera con Israel, y de Sanamayn, situada al sur de la capital. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los rebeldes liberaron a más de 3.500 reclusos de una prisión de Homs y tomaron el control de parte de los suburbios de Damasco.
A pesar de las afirmaciones del gobierno sirio de que la situación está “bajo control”, los informes apuntan a evacuaciones masivas de soldados y oficiales del régimen de Bashar al-Assad, así como refuerzos en zonas como Damasco, Hama y Homs. Fuentes vinculadas al OSDH indican que cientos de militares han huido a Irak. La escalada del conflicto generó pánico en la capital, donde los residentes informaron que se apresuraron a comprar alimentos y retirar dinero. En cambio, los suburbios de la capital registraron protestas contra el régimen, incluido el derrocamiento de una estatua de Hafez al-Assad, el padre del actual presidente.
Contexto internacional e implicaciones.
La guerra civil en Siria, que ha dejado más de 500.000 muertos y 370.000 desplazados en las últimas semanas, expone la fragilidad del régimen de Assad, incluso con el apoyo militar de aliados como Rusia, Irán y Hezbollah. La ofensiva rebelde llega en un momento en que estos socios enfrentan desafíos externos, como la guerra en Ucrania y las tensiones entre Irán, Hezbollah e Israel. La pérdida de Homs compromete la capacidad del gobierno para mantener una conexión segura entre Damasco y la costa, lo que podría debilitar aún más al régimen.
Representantes de Rusia, Türkiye e Irán, reunidos en Qatar, pidieron un diálogo entre el gobierno sirio y las fuerzas de oposición, pero excluyeron a grupos extremistas como HTS. El líder rebelde Abu Mohammed al-Golani reafirmó el objetivo de derrocar a Assad y “liberar a Siria de su régimen opresivo”. La ONU pidió a todas las partes que respeten el derecho humanitario y protejan a los civiles.