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The Sarco, el “Tesla de la eutanasia”, utilizada por primera vez en Suiza

“Hay que desmedicalizar la muerte”.

Suiza ha diseñado la primera cápsula de aspecto futurista para el suicidio y la polémica no ha tardado en llegar. La policía del país ha tenido que intervenir después de que una persona presuntamente se quitara la vida y ha detenido al responsable por sospecha de incitar, ayudar e instigar al suicidio.

La cápsula se ha utilizado por primera vez este lunes en una cabaña forestal ubicada en la localidad de Merishausen, en la frontera con Alemania.

El dispositivo conocido como “The Sarco”, que muchos han calificado como “el Tesla de la eutanasia” por su sofisticado diseño, provoca la muerte por asfixia de la persona que se encuentra en el interior debido a la liberación de nitrógeno, que reduce la cantidad de oxígeno hasta niveles que son letales.

El invento es obra de Philip Nitschke, un médico australiano que ha trabajado en el suicidio asistido durante más de tres décadas. La cápsula tiene un asiento reclinable y la persona sentada en el interior puede presionar un botón que inyectará nitrógeno en la cámara sellada. Los usuarios podrán frenar el proceso si pulsan un botón de emergencia para salir.

Este invento tiene amantes y detractores a partes iguales. Los defensores de la cápsula aseguran que es una alternativa que no depende de medicamentos ni médicos, otros cuestionan los aspectos éticos, incluso que se pueda construir en casa con una simple impresora 3D.

El diseño de la cápsula también ha sido motivo de debate en Suiza, con unas leyes que protegen el derecho al suicidio asistido como en otros países de la Unión Europea, aunque no aplica la eutanasia. Algunos expertos temen que el diseño futurista de la cápsula glorifique el suicidio y que empiece a utilizarse sin supervisión médica.

Los responsables del “Tesla de la eutanasia”se enfrenta a un proceso legal en Suiza

El Parlamento de Suiza ha cuestionado las condiciones legales del uso de la cápsula Sarco y la ministra de Salud, Elisabeth Baume-Schneider, ha asegurado que no sería legal en su territorio. “No cumple con las exigencias de la ley de seguridad de los productos y, como tal, no debe ponerse en circulación”, recoge BBC News.

El aparato podría incumplir la ley de sustancias químicas poniendo en peligro la vida de los usuarios llevándolos hasta la muerte, pero el debate no deja de crecer en el país. El fiscal Peter Sticher se ha puesto en contacto con los abogados de Exit International, empresa que ha patentado el invento, advirtiéndoles que las personas que promuevan el uso del dispositivo podrían enfrentarse a varios años en prisión, según medios locales.

Exit International ha informado que una mujer de 64 años de Estados Unidos que había sufrido una “grave proceso inmunológico” murió el pasado lunes usando la cápsula. Florian Willet, copresidente de The Last Resort, una filial de la empresa, fue la única persona presente.

Philip Nitschke, creador de la cápsula, ha insistido en que no se pondrá a la venta en los canales convencionales, pero el médico ha asegurado todo lo contrario. Exit International publicará los planos de construcción del aparato para que cualquier persona pueda descargar el diseño de forma gratuita con el objetivo de “desmedicalizar el proceso de morir”.

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