Regional

Sergio Pérez de Arce asumió como nuevo arzobispo de Concepción con compromiso de trabajo para “alimentar y animar la vida de cada comunidad cristiana”

La Iglesia de Concepción realizó este sábado la celebración de bienvenida a Sergio Pérez de Arce, el nuevo arzobispo nombrado por el Papa luego del traslado a Santiago de Fernando Chomali.

El 16 de mayo se informó que quien fue obispo en Chillán llegaría al Biobío y celebró su primera misa en la capital regional.

“Estoy muy contento y agradecido también por el Señor, a la comunidad por la acogida y esta presencia significativa que es también un signo de cariño a la Iglesia, de compromiso con la misión porque aquí finalmente viene la gente que son como agentes pastorales, que están más comprometidos en la vida a la Iglesia. A todos ellos mi gratitud y adelante, como dije, disponible para iniciar este camino”, expresó el arzobispo.

En esta instancia Pérez de Arce trató diversos temas relacionados al Biobío, entre ellos la situación del distanciamiento de los fieles de la Iglesia.

Al respecto, explicó que su labor será la de “alimentar, animar la vida de cada comunidad cristiana, de cada parroquia, de cada movimiento para que allí los fieles se encuentren con Cristo y se comprometan con el servicio a los demás, por lo tanto nuestra tarea es constante, una tarea pastoral de animar a la gente a que se acerque a sus comunidades, se encuentre con el Señor y se convierta siempre en un instrumento de servicio para los demás”.

Otras temáticas comentadas por la nueva autoridad eclesiástica fueron la situación con Arauco y los casos de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia. En cuanto a lo primero, Pérez de Arce señaló que aún conoce poco cuál es la realidad actual del diálogo con las comunidades mapuches.

En ese contexto también requiere conocer lo que está haciendo la Iglesia en ese territorio y lo que pueden hacer como Iglesia, aunque afirmó que siempre van a estar disponibles para servir en los caminos del diálogo.

Respecto a los casos abusos sexuales, el arzobispo precisó que son un hecho muy lamentable en la vida de la Iglesia y también de la sociedad, y que ante todo piensan en las víctimas que han sufrido. “No hay lugar en la iglesia para el abuso sexual y tenemos que seguir trabajando en la prevención y, como dije en la homilía, forjar una cultura del cuidado, del buen trato, de manera que nunca más se repitan estos hechos que lamentablemente han sido denunciados estos días”, recalcó.

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