Tecnología
Ciudades subterráneas: ¿La solución para que el ser humano sobreviva al cambio climático?
¿Es realmente viable? ¿Existen ejemplos antiguos o modernos?.
Ante el crecimiento de las temperaturas y los cambios del clima comienzan a cuestionarse diferentes formas de arquitectura, en este caso: subterránea.
La ciencia ficción ha explorado la idea de sociedades viviendo bajo tierra en multitud de ocasiones. Sin embargo, esta noción ha evolucionado de la mera imaginación para convertirse en un tema de discusión serio entre científicos. Con el aumento de las temperaturas globales y la frecuencia de eventos climáticos extremos, la vida bajo tierra se ha planteado como una hipotética solución.
En el imaginario colectivo, vivir bajo tierra es vivir escondido ante una amenaza o una idea de fantasía o ciencia ficción. La tierra, capaz de ofrecer un entorno más estable y fresco, se presenta como un refugio ante el calor abrasador, pero también presenta riesgos: Derrumbes, asfixias, claustrofobia o problemas derivados de la falta de luz solar o en los ritmos circadianos.
¿Es una cuestión de costumbre? Lo cierto es que existen ejemplos previos y actuales en la humanidad. Vivir bajo tierra ya ha sido posiblemente una solución a anteriores desastres naturales, a pesar de sus desafíos.
Entre las ventajas, sostienen que vivir bajo tierra podría permitir a los humanos evitar altas temperaturas y exposición directa a la radiación solar, factores contribuyentes al calentamiento global. Además, la tierra actúa como aislante natural, reduciendo la necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración.
Pero esta idea no está exenta de desafíos como inundaciones o derrumbes. La construcción y mantenimiento de infraestructuras subterráneas a gran escala plantean dificultades. La calidad del aire, la iluminación o la adaptación psicológica al entorno subterráneo preocupan. También la falta de luz solar y la conexión con la naturaleza podrían afectar negativamente el bienestar emocional.
Matmata, Petra o Deriyunku: ciudades subterráneas del pasado
Existen ejemplos diferentes de ciudades subterráneas en el pasado. Cada vez se encuentran más infraestructuras similares en el norte de África u Oriente Medio con estas características con diversas explicaciones para su creación.
Matmata, que recordarás por haber sido escenario de rodaje de Star Wars. En lugar de edificios convencionales sobre la superficie, las viviendas se encuentran en la parte inferior de profundos agujeros excavados en el suelo que se unen entre sí con túneles. Tiene más de 3.000 años y la mayoría de la ciudad quedaba oculta a invasores e inclemencias del clima.
Petra, la ciudad rosa subterránea de Jordania, con sus intrincadas estructuras esculpidas en la roca y su habilidad para aprovechar los recursos naturales, es un testimonio de la creatividad y la destreza de la civilización nabatea. Templos, teatros y mercados, en lo que se cree comenzó como templo y acabó como ciudad comercial, Petra tiene una recolección de agua impresionante.
El sistema de cuevas de Duruyunku en Turquía es el mayor complejo subterráneo del mundo con más de 460 000 metros cuadrados al reciente descubrimiento de Nevsehir. En un principio se consideró que albergaba el hogar de 20.000 personas, pero con el tiempo y las excavaciones se ha llegado a considerar que bajo Turquía existían incluso varios enclaves comunicados de esta manera.
Petra, la ciudad rosa subterránea de Jordania, con sus intrincadas estructuras esculpidas en la roca y su habilidad para aprovechar los recursos naturales, es un testimonio de la creatividad y la destreza de la civilización nabatea. Templos, teatros y mercados, en lo que se cree comenzó como templo y acabó como ciudad comercial, Petra tiene una recolección de agua impresionante.
El sistema de cuevas de Duruyunku en Turquía es el mayor complejo subterráneo del mundo con más de 460 000 metros cuadrados al reciente descubrimiento de Nevsehir. En un principio se consideró que albergaba el hogar de 20.000 personas, pero con el tiempo y las excavaciones se ha llegado a considerar que bajo Turquía existían incluso varios enclaves comunicados de esta manera.
Con más de 5.000 años, estas cuevas servían como refugio seguro contra los ataques enemigos y las inclemencias del clima. Además de la función defensiva, las cuevas proporcionaban un lugar para vivir, almacenar alimentos y recursos, y realizar actividades cotidianas. Pasadizos estrechos, escaleras, dormitorios, cocinas, áreas de almacenamiento y lugares de culto.
Si bien se piensa que su función era defensiva, una teoría relacionada con los desastres naturales ya abogó desde el documental de Netflix: aunque con posterioridad haya sido utilizada para evitar saqueos y guerras, podría haber sido la solución a, nada más y nada menos, que un desastre natural que se podría relacionar con el mito del diluvio.
Coober Pedy o Montreal ciudades subterráneas en la actualidad
En Coober Pedy, Australia, el 60% de la población vive bajo tierra en “dugouts”. Estas construcciones mantienen una temperatura constante de 23 °C en veranos abrasadores y gélidos inviernos.
Los “dugouts” a menudo cuentan con áreas habitables interconectadas, incluyendo salas de estar, dormitorios, cocinas e incluso piscinas subterráneas. Las excavaciones pueden ser lo suficientemente grandes como para acomodar a toda una familia, lo que demuestra cómo esta forma de vida ha evolucionado para satisfacer las necesidades modernas.
Por otro lado, en este caso a causa del frío, “La Ville Souterraine”, es un sistema de pasajes, túneles y espacios comerciales que se encuentra debajo del centro de la ciudad de Montreal, Canadá. Este laberinto subterráneo es un ejemplo único de cómo una ciudad puede adaptarse al clima frío del invierno canadiense al proporcionar un entorno cómodo y conveniente para los residentes y visitantes.
El sistema subterráneo de Montreal abarca aproximadamente 32 kilómetros de pasajes interconectados, que se entrelazan a lo largo de más de 10 rutas diferentes. Los pasajes subterráneos conectan estaciones de metro, edificios de oficinas, centros comerciales, hoteles, restaurantes, museos y otros destinos populares.
Sin embargo, y aunque vivir bajo tierra podría ofrecer alivio temporal ante temperaturas extremas, no aborda la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Quizá sería una solución que radica en escapar de los problemas, en lugar de implementar estrategias para mitigar y adaptarse al cambio climático en la superficie.
Fuente: https://computerhoy.com/