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Científicos predicen las catastróficas consecuencias de un invierno nuclear en caso de guerra

En nuestro caso tenemos a Rusia amenazando con ellas constantemente… y los científicos advierten.

La realidad del mundo en el que nos encontramos es bien sencilla y dura: hay guerras por todos los continentes y algunos países tienen acceso a armas nucleares.

“Si estallara una guerra nuclear, no estarías a salvo en ningún lugar de nuestro planeta”. Este es el mensaje que nos recuerdan periódicamente los expertos. Porque, aparte de los daños directos causados por las explosiones, no hay que minimizar los efectos indirectos de las bombas nucleares.

Un invierno nuclear amenazaría a todo el planeta. Incluso en el caso de una pequeña guerra nuclear regional, como la que podría desatarse en Ucrania si Rusia acaba por utilizar dicho armamento (llevan hablando de hacerlo ya meses). El peligro de una explosión nuclear es real.

En agosto de 1945, dos bombas nucleares fueron lanzadas sobre Japón, como todo el mundo recuerda: en Hiroshima. Ese día el mundo supo del poder devastador de estas armas. Solo unos segundos para acabar con cientos de miles de vidas.

Pero no fue hasta la década de 1980 cuando empezaron a revelarse los efectos a largo plazo de la guerra nuclear. ¿Qué tienen en común las explosiones nucleares con el impacto del meteorito que acabó con los dinosaurios? Las partículas de polvo que se expulsan a la atmósfera.

Cómo afecta una explosión nuclear al clima

En el curso de su trabajo, los investigadores han descubierto que la presencia de polvo en la atmósfera de un planeta puede alterar su clima. Durante las tormentas, por ejemplo, han observado un enfriamiento de 5 a 10 °C en Marte. Tras la erupción de 1815 en la isla volcánica de Tambora, Estados Unidos experimentó las temperaturas más bajas de su historia. Y Europa no tuvo verano.

Los modelos climáticos fueron los primeros en mostrar los efectos del humo de los incendios masivos provocados por armas nucleares. Entonces sugirieron que una guerra nuclear podría provocar un desplome de las temperaturas en todo el mundo.

Un fenómeno que, durante un tiempo, fue discutido, pero que los modelos climáticos actuales, más sofisticados, siguen mostrando. Por desgracia, los informes actuales demuestran que el resultado es peor de lo que se creía… y más duradero.

Un invierno nuclear incluso en caso de guerra regional

Para comprenderlo mejor, investigadores de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) se propusieron recientemente determinar la cantidad de partículas que podrían expulsar a la atmósfera las bombas nucleares. Imaginaron el estallido de un conflicto regional entre India y Pakistán.

En primer lugar, una guerra de tres días con un centenar de bombas de 15 kilotones mataría directamente a unos 27 millones de personas. Y en segundo lugar, las explosiones nucleares lanzarían a la atmósfera unos 5 millones de toneladas de hollín: cinco veces más que los megaincendios que asolaron Australia en 2020.

Los modelos muestran que una vez que este polvo llega a la atmósfera superior, puede permanecer allí durante semanas. Aumentando la temperatura de la estratosfera. Hasta 30°C durante cuatro años, según el escenario de guerra nuclear regional mencionado anteriormente.

Fuente: computerhoy.com

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