Internacional

Las amenazas híbridas: Un arma cada vez más potente

El CIDOB presenta su último informe en el que desgrana este tipo de ataques.

La actual guerra de Ucrania conjuga los elementos de los conflictos armados clásicos con las denominadas amenazas híbridas, que son el conjunto de tácticas que utilizan estados, entidades privadas y grupos criminales para desestabilizar a un país a través de herramientas de desinformación, la instrumentalización de las migraciones o los ataques contra infraestructuras críticas.

Se trata de instrumentos cada vez más potentes, puesto que “todo es susceptible de convertirse en un arma para debilitar al enemigo”, ha explicado este martes el investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) Moussa Bourebka durante la presentación del último informe de este think tank, ‘Amenazas híbridas, orden vulnerable’.

Pero estas tácticas no son nuevas. “Desde la época de Napoleón, todas las guerras combinan ambos elementos. Las nuevas formas de conflicto no tienen nada de nuevo, pero el hecho que no tengan nada nuevo no significa que sea irrelevante hablar de ello, sino que tal vez indica que no disponemos de los marcos analíticos para entender lo que está ocurriendo”, ha añadido Bourebka.

En la actualidad, el elemento diferencial es internet, “un frente fundamental para la desestabilización”, ha explicado Carme Colomina, otra de las autoras. Es un espacio en el que se “amplifican exponencialmente divisiones socioculturales existentes, vulnerabilidades previas, y se utiliza a ciertos grupos supuestamente inclinados a confiar en determinadas narrativas que acaban contribuyendo, a veces involuntariamente, a difundir estas manipulaciones”.

El conflicto en el país eslavo está siendo una base de pruebas para este tipo de ataques, que están rodeados de gran incertidumbre porque cuesta trazar su origen y muchas veces “no tienen un objetivo claro” pues ” a menudo solo buscan la victoria, como en las guerras tradicionales”, ha subrayado Pol Bargués, coautor del documento. “Ucrania es el conflicto en el que confluyen todas estas realidades: la guerra clásica con las grandes tendencias de digitalización global, como el tecnoautoritarismo de Rusia y China”, ha destacado Colomina.

Fracaso de Rusia con el arma migratoria

Un ejemplo de amenaza híbrida es el chantaje con el gas que Rusia está imponiendo a los países que están ayudando a Ucrania o han condenado la invasión rusa. En cambio, Moscú ha fracasado en su posible estrategia de utilizar la migración de ucranianos como arma. “El éxodo migratorio de Ucrania no desencadenó una crisis en la UE”, ha apuntado, por su parte, Blanca Garcés. Para esta investigadora, la gestión comedida y solidaria de los Veintisiete durante este conflicto ha evitado que se convirtiera en un drama, como ha pasado en otras crisis migratorias. La clave está, ha añadido, en “no sobrerreaccionar, revertir las políticas de externalización de la inmigración, abordar las causas y no renunciar a los fundamentos de la UE”.

El objetivo de este informe, según ha señalado el director del CIDOB, Pol Morillas, es abordar un tema fundamental que tiene un gran impacto en el “orden internacional” y “el reto que supone para la seguridad internacional”. Y también aporta algunas soluciones, como regular la actividad de las grandes tecnológicas (como la reciente aprobación de la ley de servicios digitales de la UE) y conseguir la autonomía estratégica para intentar minimizar este tipo de ataques. Aunque, ha avisado Morillas, muchas de estas soluciones “siempre irán por detrás del avance de las amenazas”.

Fuente: www.levante-emv.com

 

Salir de la versión móvil