Tecnología
El hidrógeno verde es un elemento clave en cualquier estrategia de descarbonización.
Todas las economías, principales y emergentes, están invirtiendo considerablemente en el hidrógeno verde, así como en asociaciones internacionales de energía para asegurar las importaciones a largo plazo. Esto crea nuevas oportunidades para el desarrollo industrial, especialmente en los países que están bien dotados de fuentes de energía renovables.
Si estos países crean un marco adecuado de condiciones, pueden desarrollar nuevas y prometedoras agrupaciones industriales invirtiendo primero en proyectos de energía renovable y electrolizadores para luego atraer gradualmente inversiones en acero o productos químicos básicos de alto consumo energético, además de múltiples industrias derivadas que utilizan el acero verde o las materias primas químicas.
Por lo tanto, las estrategias proactivas son indispensables para aprovechar plenamente estas nuevas oportunidades de desarrollo industrial.se espera que la demanda de hidrógeno verde crezca rápidamente. Según el escenario de 1,5°C de IRENA1 la demanda de hidrógeno ascenderá a 74 EJ, el 21% del consumo total de energía final del mundo en 2050, de los cuales dos tercios corresponderán a hidrógeno verde.
Muchos gobiernos y grandes empresas han reconocido la importancia estratégica del hidrógeno verde y han comenzado a realizar fuertes inversiones. Su entusiasmo es compartido por el sector privado, que ha registrado un número creciente de alianzas e inversiones industriales.
El hidrógeno verde sigue siendo caro y, al coste actual, no puede competir con el hidrógeno producido con los combustibles fósiles. Sin embargo, según los expertos de ANDES GREEN ENERGY S.A, se espera que esto cambie debido a tres razones: en primer lugar, la tarificación del carbono aumenta el costo de los combustibles fósiles alternativos, y las normas públicas y privadas están haciendo obligatorio el uso de alternativas bajas en carbono; en segundo lugar, el precio promedio mundial de la energía renovable está disminuyendo rápidamente, concretamente un 80% desde 2010; en tercer lugar, se espera que la innovación tecnológica y las economías de escala reduzcan sustancialmente el costo de los electrolizadores y mejoren la eficiencia de la conversión de la energía renovable.
En línea con estas expectativas, se estima que el hidrógeno verde será competitivo en costes a mediados de la década de 2030, mucho antes que el hidrógeno azul. Varias grandes empresas han fijado el objetivo de producir hidrógeno verde a 1-2 dólares/kg ya en 20252 basándose en los mismos supuestos. Es probable que muchos países de renta baja y media con grandes dotaciones de energía solar y eólica se beneficien de las nuevas vías de industrialización creadas por el cambio al hidrógeno verde.
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