Internacional
Drones para afinar el tiro o misiles Himars: armas clave de los seis meses de guerra
Cuatro expertos en estrategia militar hablan del armamento más efectivo en la guerra y anticipan el que será necesario en los meses venideros
Primero fueron las imágenes aéreas de grandes columnas de tanques rusos en las afueras de Kiev; luego, los vídeos de drones de fabricación turca usados por los ucranianos para destruir vehículos blindados del invasor desde el aire. Ahora, en la fase actual, con un frente casi inmóvil de miles de kilómetros, dominan en el escenario bélico los lanzamisiles estadounidenses Himars destruyendo depósitos de armas rusos. Para la próxima etapa, en la que se esperan grandes ofensivas para recuperar o ganar terreno, harán falta muchos vehículos blindados para el transporte seguro de tropas y camiones en abundancia para mantener la cadena de suministro.
La guerra de los drones
“El uso de aeronaves no tripuladas en el campo de batalla ha alcanzado su madurez en la guerra de Ucrania. Esta puede ser considerada como la guerra de los drones”, opina para este diario la analista canadiense Candyce Kenshall, presidenta de la Canadian Association for Security and Intelligence Studies Vancouver. Pone como ejemplo los Switchblade (navaja), drones kamikaze estadounidenses usados por Ucrania contra tanques rusos.
Otro de los usos en la guerra de estos vehículos aéreos no tripulados (Unmanned aerial vehicles, UAV por sus siglas en inglés) es el ayudar a afinar los disparos de la artillería, según explica Christian D. Villanueva, director de la Revista Ejércitos. “Estos ingenios, en muchos casos ‘simples’ aparatos comerciales llegados a Ucrania vía crowdfunding, permiten tanto localizar posibles objetivos como, una vez hecho el primer disparo de artillería, corregir el tiro, maximizando la letalidad. Además, tienen la doble ventaja de que permiten abandonar la posición rápidamente, lo que mejora la supervivencia del aparato y ahorra munición”.
En esa facilidad de adquisición y uso abunda Martin Hurt, del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad de Estonia, en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA: “Algunos son productos que se pueden comprar en tiendas y realmente baratos; dan mucha información valiosa casi en tiempo real que permite disparar con fuego indirecto (artillería o mortero) o incluso con una simple granada colgada y transportada por los propios UAV. Han hecho que sea mucho más complicado para el personal militar esconderse en zonas pobladas o bosques”.
En esa facilidad de adquisición y uso abunda Martin Hurt, del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad de Estonia, en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA: “Algunos son productos que se pueden comprar en tiendas y realmente baratos; dan mucha información valiosa casi en tiempo real que permite disparar con fuego indirecto (artillería o mortero) o incluso con una simple granada colgada y transportada por los propios UAV. Han hecho que sea mucho más complicado para el personal militar esconderse en zonas pobladas o bosques”.
Artillería clásica, armas modernas
Rusia ha seguido, para sorpresa de muchos, una estrategia militar propia del siglo XX: mucha artillería y grandes líneas de tanques. Las excepciones, como el fallido asalto aerotransportado al aeropuerto de Hostómel, no les han dado buen resultado.
“La artillería domina tanto que hay muchos informes desde Ucrania de soldados que ni siquiera han llegado a ver el enemigo y, sin embargo, ven morir a sus compañeros de batalla por fuego artillero”, explica Martin Hurt. La artillería ha sido siempre la forma más efectiva de causar bajas en las fuerzas enemigas y en esta guerra de desgaste ese es el objetivo. Solo Ucrania ha reconocido recientemente al menos 10.000 soldados fallecidos, pero la cifra se cree muy superior.
Destaca Hurt el impacto que está teniendo la artillería moderna occidental, sobre todo los Himars (Sistema de cohetes de artillería de alta movilidad, en sus siglas en inglés) estadounidenses y los Panzerhaubitze 2000 (obuses blindados) alemanes.
Más allá de los misiles, tanques o drones, el analista pone el foco en las reservas de munición, repuestos y consumibles (por ejemplo, la gasolina): “No son un factor de la guerra muy llamativo y no son muy rentables políticamente para los líderes que deciden gastar dinero en estas reservas (que son caras), pero son sumamente importantes en el campo de batalla y por eso suelen llevarse en secreto”. Muchos países, apunta, a menudo cometen el error de compran armas nuevas, modernos aviones de combate o barcos de guerra, pero sólo encargan munición para unos días o unas semanas en un conflicto de alta intensidad.
Los misiles estadounidenses Javelin han sido también fundamentales para la destrucción de centenares de tanques rusos. Tanto, que en Ucrania se los conoce como San Javelin y hay pinturas de artistas urbanos en Kiev loando su eficacia. “Valen su peso en oro”, dice Kenshall. Literalmente, pues cada unidad cuesta decenas de miles de euros.
Vehículos blindados y desminado
En las próximas semanas se prevé que alguno de los dos bandos realice una ofensiva para recuperar o ganar territorio territorio, especialmente en las provincias de Jersón, Donetsk o Lugansk. ¿Qué van a necesitar? La respuesta se la da a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el general de división retirado y analista de guerra australiano Mick Ryan: “El equipamiento militar clave para el próximo medio año de guerra va a ser, para empezar, los vehículos blindados de combate [Armored fighting vehicles, AFV]. Son esenciales para proteger a las tropas en los avances por el territorio y en los combates directos”.
Ryan abunda como el resto de analistas en la importancia de los sistemas de artillería Himars, pero también los Harm (misiles de alta velocidad anti-radiación, en sus siglas en inglés). Estos se van a usar con profusión para atacar objetivos operativos como cuarteles generales, cadenas logísticas o depósitos de armas.
Harán falta también muchos equipos de ingenieros de combate para limpiar minas y otros obstáculos a medida que las tropas avancen. dice. Y algo mucho más prosaico: miles de camiones hacer llegar los materiales donde son necesarios, una de las partes más complicadas de una guerra.
Fuente: www.levante-emv.com