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El asteroide que acabó con los dinosaurios llegó a la Tierra con un “hermano menor”

Dejó un cráter de 8,5 kilómetros de ancho por debajo del Océano Atlántico, a la altura de la costa de Guinea

Un nuevo cráter de impacto identificado en África occidental, que data de hace 66 millones de años, apunta a otra gran colisión al final del Cretácico. Al parecer, el enorme asteroide que acabó con los dinosaurios vino acompañado de otro cuerpo, una gran roca de 400 metros de ancho, aproximadamente la altura del Empire State Building de Nueva York.

Un grupo de científicos liderado por el geólogo Uisdean Nicholson, de la Universidad Heriot Watt, en Edimburgo, Escocia, descubrió evidencias contundentes de un cráter de impacto de asteroide debajo del Océano Atlántico Norte: los investigadores creen que el cráter fue causado por un asteroide de 400 metros de ancho, que chocó con la Tierra hace unos 66 millones de años, casi al mismo tiempo que el asteroide Chicxulub que acabó con los dinosaurios.

Oculto en las profundidades del mar

El gigantesco cráter está enterrado entre 300 y 400 metros por debajo del lecho marino, a 400 kilómetros de la costa de Guinea, en África occidental. Según una nota de prensa, aún se necesitará perforar el lecho marino y recolectar muestras para probar la teoría del equipo de científicos: si se verifica, el hallazgo será uno más de los 20 cráteres de impacto marino confirmados que se encuentran en la Tierra.

El descubrimiento se explica en un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Science Advances. De acuerdo a los investigadores, al interpretar datos sísmicos en los que se esperaba hallar secuencias sedimentarias planas, descubrieron en cambio una gigantesca depresión bajo el lecho marino, con características muy inusuales que apuntan al choque de un asteroide. Por ejemplo, el cráter presenta un borde elevado y un levantamiento central muy prominente, que es consistente con los cráteres de impacto más grandes registrado en el planeta.

Los especialistas también identificaron rastros de posibles materiales eyectados fuera del cráter, con depósitos sedimentarios distribuidos de forma irregular y que se extienden por decenas de kilómetros fuera del cráter. En consecuencia, los científicos concluyeron que las características no parecen ser consistentes con otros procesos de formación de cráteres, como por ejemplo la extracción de sal o el colapso de un volcán.

La formación del cráter de impacto Nadir, que habría estado acompañado de terremotos de magnitud 7 y enormes olas de tsunami. CRÉDITOS: REPÚBLICA DE GUINEA, TGS Y WESTERN GECO.

¿Una serie de impactos sobre el fin del Cretácico?

Nicholson y su equipo “bautizaron” al enorme cráter como Nadir, en honor a un monte submarino cercano. Además, los datos sísmicos indican que los sedimentos impactados por el asteroide se corresponden con el límite Cretácico-Paleógeno, o sea el mismo período en el cual impactó el asteroide Chicxulub, hace 66 millones de años, causando una extinción masiva que borró de la faz de la Tierra a gran parte de las especies, entre ellas a los dinosaurios.

Según los científicos, el asteroide que creó el cráter Nadir podría haberse formado por la ruptura de un asteroide padre o por un flujo de asteroides en ese período de la historia del planeta. Si finalmente se comprueba que fue causado por un asteroide, las condiciones del cráter Nadir sugieren que el cuerpo habría tenido alrededor de 400 metros de ancho. Al mismo tiempo, las simulaciones sugieren que se habría generado un tsunami de más de un kilómetro de altura.

El impacto de proporciones épicas también habría producido un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter, en tanto que la energía liberada en la colisión habría sido alrededor de 1.000 veces mayor que la producida por la erupción y el tsunami de enero de 2022 en Tonga. Más allá de las características del evento, y de que sus consecuencias habrían sido menos catastróficas que las generadas por el evento de Chicxulub, el nuevo cráter obliga a investigar la posibilidad de un cúmulo de impactos en el último Cretácico.

Fuente: www.levante-emv.com

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